Me levanté a las siete, como todos los últimos días desde hace cuatro meses, pero esta vez estaba de buen humor. Curioso considerando que anoche me quedé dormida sobre una hoja de papel corrugado naranja. Me desperté a las cinco de la mañana con un dolor de espalda peor que el habitual... me levanté, entre sueños tiré todas las cosas que estaban arriba de mi cama y lo más cercano a eso que recuerdo es estar frente a la taza de café, con esa oscuridad matinal que el repentino corte de luz no pareció apagar, puteando por la falta de leche. Las galletitas estaban húmedas y no había nada para acompañarlas. Todavía no hay, supongo. Abro la caja de marlboro y prendo el primer cigarrillo del día, porque de eso consta el desayuno: alternar café con nicotina hasta que un día estalle el corazón por alguna razón ajena a esas cosas por las que los corazones colapsan. Excusas. Fumo y cada tanto miro el reloj, con ese apuro que nunca termina, ni los días de semana ni los fines de semana ni los feriados ni MUCHOMENOS los mismísimos domingos. Fumo y miro el reloj y los minutos me cuentan y yo puteo MUCHO puteo pero por alguna razón .. estoy de buen humor. Voy al baño, me miro al espejo, me quiero tirar por la ventana y evidentemente no lo hago, busco el delineador y cuando lo encuentro me doy cuenta de que no tiene punta; INJURIAS de nuevo y trato de arrancarle las puntitas que le sobran al lápiz con el fin de despejar la mina, pero no puedo y no me importa y me pincho los párpados y vuelvo a insultar y finalmente el delineado termina siendo algo muy triste, algo imposible de arreglar por cualquier otro maquillaje. Ni lo intento, ya es tarde. Me miro el pelo y trato de evitar volver a mirarme al espejo. Agarro el morral y me voy, esperando no encontrarme con ningún conocido en el camino. Llego al trabajo, saludo, firmo, puteo para mis adentros otra vez y me vuelvo a sentar, no sin antes prender la radio. Nada como el silencio de oficina. Nada más asesino, digo. Llega Roberto, me saluda, prende su pc, se sienta, me pide que vaya a comprar café, le digo que no, me pregunta si tengo algún ex novio en la Cafetería que explicase la razón por la que no quiero ir, le digo que no, sigue haciendo chistes malos hasta que se resigna y empieza a tipear. Y yo paso códigos y entro a internet y paso códigos y entro a internet y entro a internet y me quedo en internet y de repente.. es el mediodía y me tengo que ir a almorzar. GENIAL. Saco un cigarrillo y vuelvo a mi casa rogando no encontrarme con el chico de la esquina, que probablemente su estado de celibato involuntario le hace decirme cosas como "cada día mas linda vos ¿eh?" lo desconcertante es que no pareciera ser irónico.
Llego a mi casa, puteo, como, miro el noticiero, hago café, puteo, lo tomo, fumo y me vuelvo a ir. Llego, estoy entrando a mi oficina y el jefe deja de hablar un segundo por teléfono y me dice "¡Natalia! Cuidado con el piso" entonces miro hacia abajo y veo aproximadamente veinte hojas apoyadas una en cada baldosa, ordenadas estratégicamente como para que cada rayo de sol que entrase por la ventana le diera justo al extremo mojado del papel.. ¿que pasó? le pregunto. Me saca la vista y dice, muy serio "se me cayó la sopa". Parece un chico. Trato de que la gracia y ternura que me da no sea muy alevosa y me río ahora y corro con cuidado la silla como para que no toque ninguna de las hojas, me siento, paso un par de códigos y otra vez al explorer. Saco la vista de la ventana cuando Damian me pregunta si me interesa el partido. Miento y le digo que sí y quince minutos después viene el jefe a decirme que por sorteo POR SORTEO tengo permitido ver el primer tiempo del partido, que como vivo cerca puedo irme a mi casa y después volver. GENIAL. Salgo del trabajo y me cruzo a Roberto, que llega. Le cuento que a él le toco el segundo tiempo y que yo me voy a mi casa a ver el primero, a lo que responde "que tengas un magnífico día", y me da un beso. Yo vuelvo a mi casa pensando en si Roberto fumará faso en sus recesos. Caliento un poco de café, prendo un cigarrillo y me siento a ver el partido. De algo hay que hablar. Vuelvo al trabajo y paso la ultima hora con mis compañeros tratando de encontrar alguna página de internet que transmitiera el final DELFULBITO. Terminamos escuchándolo por radio, y finalmente todos coincidimos en que fue aburridísimo, una mierda, una aberración de fiesta. Antes de salir del trabajo le digo a Lamas que me de el disco ese de TANGACHOS que quería que le pasara a cassette. Cuando me vuelve a mostrar el VHS (PAUSA; cuánta magia en un sólo momento) y me dice que él pensaba que eso servía para grabar música le digo que no importa, guardo el disco, me abre la puerta y me voy pensando en donde podría comprar un cassette. Salgo. Compro uno. Voy a la casa de mi abuela. Ahí como, me río, le saco fotos aunque ella me pide que no lo haga porque esta desarreglada y los años le pesaron y tiene colgados todos los anteojos. Le digo que se deje de joder, que mirá QUÉDEOSA, pero trato de que los anteojos no salgan en la foto porque ella va a querer que se la muestre, y verlos no le va a gustar. De algún modo la entiendo. Le saco fotos a ella, saco fotos boludas, le saco fotos a mi hermana ya que no deja de pedirme que lo haga, aunque se calma un poco cuando le digo que es una narcisita insoportable que FÚSH. Igualmente cada vez que le voy a sacar una nueva foto a mi abuela ella trata de ponerse disimuladamente atrás suyo, como si su pose del momento fuera algo casual. Mi hermana dice que se queda a dormir ahí y yo me pongo contenta, JÁJ (qué genio este Hangling). Así que llegamos, madre se sienta a ver la aberración de m o n t e c r i s t o, le pido que en la propaganda haga café, lo hace, lo traigo al cuarto, intento grabar el disco para Lamas, el grabador no quiere andar, lo limpio, graba mal, y esta debe ser la quinta vez que vuelvo a poner el disco y darle play al REC... hasta ahora lo único que se escuchan son voces distorsionadas e instrumentos bajos, con un sonido horrible y mucha lluvia. Yo puteo y me sobresalto cuando la guitarra se va para adelante sola. Ahora tengo miedo porque la ventana está cerrada y no hay viento, aunque el hecho de que la guitarra se moviera sola es física y claramente posible. Ya es la una y veinticinco de la mañana, no tengo sueño, puteo porque el humor me cambió y pienso en la inmundicia existencial que acabo de escribir. Mueran. Fin. Créditos. Telón.
1 comentario:
que percepcion de la realidad! me tome el tiempo y lo lei. es mas que un dirio intimo. en mi vida pasan muy pocas cosas, serian dos lineas diarias si redactari. besos! janqo
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