4.10.08

La Ley de Atracción

Finalmente cobré la liquidación y, al parecer, está todo bien (entiéndase “todo bien” por “ninguna jugada ilegal de una multinacional explotadora e hija de re mil putas acostumbrada a penetrar analmente a sus empleados con descuentos ilícitos bajo la ley N* 23.725.00 de una constitución que “te juro que existe”) :llamas: (?)
Asi que hoy, después de haber corroborado este dato y de haberse triturado mi fantasía de llegar al cajero y encontrar en mi cuenta 100.000 dólares depositados por un ente anónimo gracias a los pensamientos materialistas que impulsan la “ley de atracción”, me encaminé hacia el supermercado Jumbo, mientras mis yates hawaianos se desvanecían en el aire y Seth Rogen se acercaba hacia mí con dos caipirinhas preguntando con desesperación que por qué me estaba desmaterializando frente a sus ojos sin haber pagado aún sus servicios.




¡Hey, yo quiero desmaterializarme también! (?)



Y ya que cité a la Ley de Atracción, quisiera detenerme en este tema unos minutos. Para el que no haya escuchado hablar de esto (esto de farsas mediocres realizadas exclusivamente para manipular a cuanta persona lo vea) “El secreto, la ley de atracción” es un documental cuya sinopsis reza lo siguiente:

Puedes tener, hacer o ser cualquier cosa que quieras, podemos tener cualquier cosa que escojamos, no importa cuan grande sea ¿En qué tipo de casa quieres vivir? ¿Quieres ser millonario? ¿Qué tipo de trabajo quieres tener? ¿Quieres más éxito? ¿Qué quieres de verdad? Se han realizado muchos milagros en la vida de la gente. Milagros financieros, milagros de curación física, curación mental, curación en las relaciones. Probablemente estarás ahí preguntándote… ¿Qué es el secreto?



El secreto, pienso yo, es la idea siniestra que hay detrás de este documental. De más está decir que semejante título y una descripción que te promete estar nadando en las Grandes Antillas junto a Paris Hilton para antes de diciembre aún viviendo con tu fobia a los aviones, tu extraña alergia a las aguas caribeñas y con un sueldo inferior a los $400, es algo que llama la atención. Ahora bien ¿por qué a alguien que no soy yo, mi madre o mis cercanos le interesaría verme arrastrando mi morbidez por las playas del caribe y tirandome bomba al mar, feliz? ¿Por qué alguien gastaría un presupuesto, por más mínimo que sea, para hacer una película que me comunique el secreto para lograr lo anterior sin pretender, al menos, un agradecimiento a cambio? Sí, claro que puede sonar feo para el buen samaritano con tendencias JIPIS que lee esto y piensa “oh, yo deseo tu felicidad pequeñina ¡yo deseo la felicidad del mundo! -índice y medio elevados, expresión de animé feliz- paz” y creeme, te creo y deseo lo mismo (sobre todo a lo que a la primera parte de tus deseos se refiere) pero acá baja levitando desde el cielo el espectro de mi bisabuela y dice, risueña


“chicos, chicos… cuando la limosna es grande, hasta el santus desconfía”

Acto seguido escupe un pulmón fantasmagórico, pide disculpas, apunta al cielo con su aguja de tejer, sonríe contenta y vuelve a desaparecer por entre las nubes.

La ley, básicamente, dice que lo semejante atrae a lo semejante. Que si uno enfoca sus pensamientos en eso que quiere, el universo, gracias a las vibraciones de tus deseos, complota para que lo consigas en una suerte de “efecto rebote”. Siguiendo el estilo del documental, voy a poner un ejemplo frívolo y superficial de esta teoría: si yo pienso “Seth Rogen me va a dar LA RE BOLA MAL” y creo fielmente en que lo hará, mis vibraciones libinidosas llegarán hasta Seth, y el día que me lo crucé pensará “oh por dios, esa chica no es mi tipo en absoluto pero por alguna extraña razón me siento ferozmente atraído por ella”. Pero hay que tener un gran cuidado con la autoestima, porque si yo pensara, en cambio “Seth Rogen nunca me va a dar bola porque soy repugnante y tengo siete ojos llenos de lagañas verdes” el día que me lo cruce, el chico en cuestión va a pensar “oh por dios, una chica con siete ojos llenos de lagañas verdes… ¡¡y repugnante!!” y va a salir corriendo; es decir, la ley no discierne entre pensamientos favorables o desfavorables, simplemente te devuelve lo que pensaste ¿se entiende? ¿no? ¿Qué para cuando la foto de Paris Hilton nadando en pelotas? …Perfecto.

Ahora bien, yo creo que es una cuestión… de gustos, PONELE, utilizar las herramientas que nos brindan el estudio y la comprensión de las leyes del universo para elevarnos espiritualmente o para adentrarnos un poco más en el mundo de las fuerzas de la energía (varios alquimistas se suicidaron penetrándose nasalmente sus libros de metafísica después de ver este documental) y respeto, sobre todo, estas leyes (como otras tantas cosas) Pero esta película es una puta joda intolerable. De más está decir que las calles del mundo están repletas de gente que se aprovecha de la desesperación de las personas por salir de su pobreza feroz, de enfermedades, de desamores o de cuestiones semejantes. Pero esto, insisto, es una puta joda intolerable.

Uno de los primeros ejemplos que se muestra en el documental, es el de un nene que quiere una bicicleta. El nene dibuja bicicletas, sueña con bicicletas, reza por bicicletas. Un día abre la puerta de su casa, y un hombre (en ningún momento se explica quien es, podría ser su abuelo, su padre o un astuto pederasta (?)) está parado del otro lado, sonriéndole al niño, indicándole contento que efectivamente esa bicicleta, la que ha postrado frente a su puerta con un muy simpático moño, es para él.


"Tomá, Carlitos. Já já, la mia tiene banderita, puto" (?)




Ahora bien, supongamos que este extraño hombre no tiene intenciones perversas con el crío, que es su padre, y que le acaba de regalar una bicicleta. Dado a que en ningún momento se muestra al niño rompiéndole las pelotas a su progenitor en bicicleterías, ubicando estratégicamente sus dibujos sobre la mesa antes de cenar en una actitud completamente sagaz y despierta o simplemente poniéndose a llorar escandalosamente mientras le cuestiona a su padre por qué no tiene una bicicleta y Carlitos sí, entenderíamos entonces (descartando, naturalmente, a las coincidencias) que no es necesario nada más que nuestros pensamientos para que el universo complote a nuestro favor y materialice nuestros sueños. Ahora yo, YOOO ¿creo en la ley de atracción? NOPIS. ¿Creo que el deseo es suficiente? NOPIS. No, al menos, para conseguir cosas materiales.

Sin embargo, hasta acá todo normal. O comprensible. Nada difiere lo que veo de los típicos videos o libros de autoayuda que conseguimos en Corrientes llenándose de polvo en las mesas de tres por nueve pesos. Sigo esperando entonces la verdadera razón por la que se hizo este documental aberrante, y veo otro ejemplo. Y otro, y otro. Enfermedades curadas, proyectos millonarios alcanzados –según su protagonista- “casi sin darme cuenta”, hombres que se levantan a las mujeres que siempre quisieron y similares (todo esto fusionado con discursos que, de tan reiterativos, pueden resultar convincentes por perseverantes). Y entonces, casi al final y como un punto más del documental, una mujer muy simpática que te quiere ver feliz, dice:

…Notamos que hay muchísima gente que está viviendo la vida de una forma muy condicionada. Prestan atención y ven cosas que son maravillosas, y dicen “sí, queremos más de eso, votaríamos por eso, apoyaríamos esto con eso nuestro tiempo, energía y dinero”. Pero entonces prestan atención y ven cosas que no quieren, cosas terribles que no quieren vivir y que no quieren ver que otros vivan, y dicen “tenemos que hacer algo para deshacernos de estas cosas” pero no se dan cuenta que cuanto mas empujen contra lo que no se quiere, más poder le dan. En este mundo hay una guerra contra la pobreza, y una guerra contra el cáncer, y una guerra contra el embarazo de adolescentes, y una guerra contra el terrorismo, y una guerra contra la violencia, y una guerra contra el terrorismo. Hemos dicho que hay una guerra ¿contra el terrorismo? y todo este empujar en contra, tan sólo lo está engrosando. Porque no puedes decir “no” y hacer que se vaya. Cuando gritas “no” la ley de atracción lo atrae.

¿…Tengo que decir algo más? ¡cómo no!:

“Sabes que el movimiento anti-guerra crea más guerra. El movimiento anti-droga en realidad ha creado más droga, porque nos concentramos en lo que no queremos: drogas. Asi que si eres anti-guerra, se pro-paz, si eres anti-hambre, sé pro-personas teniendo más que suficiente para comer (!!!), si eres anti- político específico, se pro-su oponente.”

...Quieres concentrarte en lo que quieres, no en lo que no quieres. Está bien notar lo que no quieres, porque eso te da discernimiento para decir “bien. Esto es lo que yo quiero” pero el hecho es que, cuanto más hables de lo que no quieres, o hables de lo malo que eso es, leerlo todo el día, a todas horas, y decir lo horrible que es, bueno… estarás creando más de eso.

"Aprende a silenciarte, y a quitar tu atención de lo que no quieres, y coloca la atención en lo que deseas vivir"

La mayoría de estas líneas se relatan en OFF, y lo que vemos son escenas de guerra, políticos, represiones policiales, gente marchando, pibes desnutridos, y todas esas cosas que el gobierno estadounidense, entre otros (aunque ninguno se escapa de alguna de estas cuestiones), viene generando desde hace varios años. ¡PERO QUE TU DEBES IGNORAR, SI NO LO QUIERES PARA TI!

O sea es aberrante. Es escandalosamente aberrante. Y lo peor es que este discursito subliminal de cuarta disfrazado en videucho de autoayuda tiene cada vez más seguidores que lo divulgan a su vez.

EN FIN, tengo hambre. Y como yo soy anti hambre, me voy a ir a hacer un sánguche enorme. Sólo espero que cuando prenda la tele y busque utilísima no me encuentre en el camino con ninguna imagen de alguna víctima de guerra amputada y desnutrida, no sea cosa que el efecto rebote de cuestionarme algo termine haciendo que el FIAMBRAZO se me caiga al piso junto al cuchillo, que el filo me rebane un pie y que se muera toda mi familia en un incendio meganuclear. CHAU.

2 comentarios:

Nicolas dijo...

Ajajajajaja, esto era lo que hablabas ayer? Seh, por dios, terrible, ademas, si vamos al caso casi se me explota el cerebro de las ganas de ganar, y viste que no pasa nada, yo tampoco puedo estar toda la noche jugando cartones. Han cantado bingue.

Seta dijo...

jajajaja me causó mucha gracia el mensaje de texto del día siguiente, siempre me olvido de decirte (?)

Y sí, este era el documental del que hablaba el otro día. Ahora voy a hablar de floggers (?)

Hay que volver al bingo Nitzco. Tendríamos que ahorrar un peso por día y a fin de cada mes vamos y nos jugamos treinta cartones en quince minutos (?) jajajaj. En realidad si no jugamos compulsivamente (de esto hablamos al día siguiente con lo pibe también) si no jugamos compulsivamente y vamos juego por medio está bueno para ir cada tanto a hacer previa y reirnos de nuestras pérdidas (?) Aparte la birra es barata :metal: