Cuando me senté en las escaleras de la entrada del pabellón II de Ciudad Universitaria y puse a los Beatles en el mp3, me acordé del día en que me fui a la playa sola y me senté a mirar el mar con Lucy in the sky with diamonds de fondo. Y me acordé del perro que me vino a ladrar y a mostrarme los dientes justo en la parte que dice “waaaiting to taaake youu aaawaaaay...”. Y me acordé de cómo me metí al agua en zapatillas para que ese perro desgraciadamente violento se alejara. Y me acordé de cómo no sirvió de nada, porque el tipo no le tenía miedo al agua y se metió atrás mio. Y me acordé de cómo salí del agua y de la bronca que me dió que el perro no me siguiera y se quedara, en cambio, ladrandole a un pedazo de madera que trajo una ola.